
En el desierto el coyote está escondido con los ojos colorados fuma el cactus más prohibido de las olas policiales le rechinan los oídos, lamenta lo que hizo, todo lo sucedido. Ésta va para todos los bandidos, llegó el torniquetero de la herida del camino. Cocodrilo que se duerme es cartera. Voy esquivando las culebras aplastadas en la carretera. Rameras por la noche sueñan con chequeras, los pibes sueñan con la glok y billeteras llenas. Armado de valor y sueños gigantes, subidos al caballo como los héroes de antes. Palabras flotan como cuerpos en el río Ganges, es la recompensa, la más alta por el Dante. Quieren atarme de manos, golpearme en el barro pero mi libertad continuará con mis hermanos. [...] Ten piedad Diosito mío, los corazones partidos se curan con agua del río, los gualiches se deshacen con un beso, el universo me dio tiempo un refugio en su latido. Y la fogata me acompaña en la cornisa dónde el mundo acaba y el viento es testigo que la muerte cava la tumba para los que no aman y dañan y la luz mala ya no me engaña. ¿Qué pasara cuando las bocas se llenen de arena? Cuando se caiga la luna será la luna llena, cuando se borren los mapas y los esquemas ¿Será momento de nadar en lagrimas de pena? Cabalgaré hacia un lugar tranquilo. El último amanecer de los cowboys y los indios, el día que Isis cerró sus ojos, el día que el amor le importo a pocos... De todas las mentiras te prefiero a ti, vida mía. El mero mero. Tengo una excusa pero no te la doy sin razón. Todas las mentiras se parecen, déjame elegir la que me va, quiero tu nariz para mentir mejor, déjame elegir la que me va..
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